Inauguramos el blog con una cata de una de las bodegas más emblemáticas de España, López de Heredia, de Haro, La Rioja. Sus vinos no necesitan presentación, y, de tan tradicionales, hoy, que tan inundado de vanguardia está el panorama vinícola en todo el mundo, resultan de lo más original y diferentes al resto. Así, me parece que la mejor manera de empezar este blog es por los orígenes.
Los vinos fueron adquiridos en la boutique de la propia bodega, pocas fechas antes.
Orden de Cata: (entre paréntesis el precio en bodega)
- Viña Cubillo 2006 (12 EUR)
- Viña Gravonia 2005 (12.5 EUR)
- Viña Bosconia 2004 (17.5 EUR)
- Viña Tondonia Tinto Reserva 2003 (22 EUR)
- Viña Tondonia Blanco Reserva 2000 (22 EUR)
El criterio elegido en el orden de cata fue la edad, esto es, el tiempo de barrica, suponiéndole al vino más viejo más empaque. Tratándose de los vinos de López de Heredia, no había reticencia en anteponer el tinto al blanco, y, después del resultado de la experiencia, la opción fue celebrada.
Para no hacer demasiado extenso el post, y dado que no estamos descubriendo ningún secreto, las notas sobre la cosecha, añada, notas de cata, y otros detalles de cada vino, así como de la bodega pueden leerse en su propia web.
1. Viña Cubillo 2006.
Tempranillo (65%), Garnacho (25%), Mazuelo y Graciano (10%).
El primero de la tarde, tinto, con tres años de barrica, resultó desconcertante entre aquellos que no lo conocían, vigoroso, muy estructurado y casi demoledor, como un Núñez del Cuvillo saliendo de la botella. Crianza pone en la etiqueta, con una humildad sublime, como si se pareciese en algo a sus homónimos de la región. Hay grandes reservas de Rioja con menos temple.
2. Viña Gravonia 2005.
Viura (100%).
Con cuatro años de madera, la excelente añada de este blanco sorprendió sin desconcertar a nadie. Elegante y fresco, muy fino y desarrollado en todas sus fases. Gustó mucho entre los amantes del vino blanco.
3. Viña Bosconia 2004.
Tempranillo (80%), Garnacho (15%), Mazuelo y Graciano (5%).
Cinco años de madera y otra excelente añada riojana para dar como resultado uno de los mejores Bosconia que he probado, bien evolucionado y perfecto para degustarlo ahora y durante muchos años. Recordaba más fruta de la que cabía esperar, elevada acidez maravillosamente ensamblada, con un final equilibrado y muy largo.
4. Viña Tondonia Tinto Reserva 2003.
Tempranillo (75%), Garnacho (15%), Graciano y Mazuelo (10%).
Después de 6 años en la barrica, este gran clásico de rioja demuestra una fina y elegante nariz, evolucionada y compleja, femenina, pero rebelde, con matices muy desarrollados característicos de la bodega; en boca muy redondo y profundamente largo. Como se le esperaba. Nadie se quejó. Unos cuantos años más no le vendrán mal.
5. Viña Tondonia Blanco Reserva 2000.
Viura (90%), Malvasía (10%).
Los blancos de Tondonia nunca dejan indiferentes, y esta discreta añada del 2000 para la zona riojana no ha sido suficiente para menguar el dulce talento de este inolvidable reserva. La marca de la casa, los 6 años de crianza en roble, y una larga guarda en botella nos permitieron disfrutar del mejor de toda la cata: dorado, evolucionado, desarrollado, pero sin debilidad, sin cansancio, rotundo y seco como un puñetazo en la mesa de los vinos blancos españoles, seda, crema, flor y nata de una idea perseverante. Hay que haber hecho mucho vino, y muchas veces, para llegar a hacer algo así. A menudo, los vinos riojanos tienen la mala fama de tradicionales en exceso; por otra parte, sus blancos, lejos de la frescura y la juventud típicas de otras regiones como Rueda y Rías Baixas, parecen aburridos y obsoletos a la mayoría del público. Yo me pregunto si hoy en día, a fuerza de hacerlo igual que siempre, hay algún blanco más original en España que este.