Hacemos tierra hoy en el otro lado del Mediterráneo, en las costas libanesas, para adentrarnos en el valle de Bekaa, en los confines más remotos de la viticultura de la especie humana. Más de 6 milenios de tradición abalan la artesanía vinícola de esta región. Hablamos de un viñedo situado a más de 1000 msnm, con más de 300 días al año de sol y con duras nieves en invierno. Solo los beduinos tienen lo que hay que tener para recoger a mano las uvas en aquellas montañas de grava. Sobra decir que los vinos naturales, orgánicos, ecológicos, sin clarificar, sin filtrar, sin azufre añadido, sin levaduras de cultivo, sin nada de moderna tecnología postrada a los pies del consumismo... en fin, esos vinos, eran así en Château Musar mucho antes de que los europeos inventáramos el nombre para definirlos.
Château Musar es una bodega noble, honrada y de clase mundial. Desde el s. XII, la familia Hochar, de origen francés, tiene raíces en el Líbano, aunque la bodega data de 1930. Gaston Hochar, su fundador, se hizo muy popular durante la II Guerra Mundial a través de la relación con los oficiales militares franceses afincados en el Líbano. Hoy, sus nietos Gaston y Marc Hochar mantienen la bodega con el mismo espíritu, que aúna tradición libanesa y bordelesa, para cultivar 180 Ha de viñedo con el mejor tino. La bodega elabora vino de tres estándares comerciales: un vino joven tinto sin madera, Jeune, un vino tinto de gama media, Hochar, y tres vinos de la gama superior, blanco, tinto y rosado, Château Musar. Podría parecer un trío muy vulgar, y desde España se tiende a pensar que ese rosado será una mera mezcla de no se sabe qué para contentar a un público que no sabe qué beber. Nada más lejos de la realidad: el rosado es un vino de gama alta, con el espíritu imitativo de los cuvée rosé de Champagne, pasados por barrica y con enorme potencial de guarda, un estilo muy apreciado por Serge Hochar, el hijo del fundador. Nosotros hoy nos conformamos con probar la gama media, el Hochar Père et Fils, que apunta enormes luces a un precio más que razonable. Lo difícil es encontrarlo. Prometemos más catas de esta lúcida bodega.
Château Musar Hochar Père et Fils 2012.
Tipo: tinto seco.
Winemaker: Gaston y Marc Hochar.
Procedencia: Líbano > Valle de Bekaa > Aana.
Coupage: cinsault 45%, garnacha 25%, cabernet sauvignon 10%, cariñena 10%.
Elaboración: fermentación con levaduras autóctonas en cemento; 9 meses de crianza en roble de Nevers.
Web: Château Musar
Precio: 20-25 EUR
Proveedor: El Sumiller.
Maridajes: aquí deberíamos maridarlo con comida libanesa o similar, pero, además de ese perogrullo, encaja perfectamente con platos muy especiados, guisos de carne grasa, especialmente cordero; también será apropiado con platos a base de carne en general, legumbres, pastas y arroces a base de carne, patés de caza (jabalí, corzo, ciervo, perdiz), etc.
Puntuación media (1): 4.00 / 5.
Fecha de cata: enero 2017.
Château Musar es una bodega noble, honrada y de clase mundial. Desde el s. XII, la familia Hochar, de origen francés, tiene raíces en el Líbano, aunque la bodega data de 1930. Gaston Hochar, su fundador, se hizo muy popular durante la II Guerra Mundial a través de la relación con los oficiales militares franceses afincados en el Líbano. Hoy, sus nietos Gaston y Marc Hochar mantienen la bodega con el mismo espíritu, que aúna tradición libanesa y bordelesa, para cultivar 180 Ha de viñedo con el mejor tino. La bodega elabora vino de tres estándares comerciales: un vino joven tinto sin madera, Jeune, un vino tinto de gama media, Hochar, y tres vinos de la gama superior, blanco, tinto y rosado, Château Musar. Podría parecer un trío muy vulgar, y desde España se tiende a pensar que ese rosado será una mera mezcla de no se sabe qué para contentar a un público que no sabe qué beber. Nada más lejos de la realidad: el rosado es un vino de gama alta, con el espíritu imitativo de los cuvée rosé de Champagne, pasados por barrica y con enorme potencial de guarda, un estilo muy apreciado por Serge Hochar, el hijo del fundador. Nosotros hoy nos conformamos con probar la gama media, el Hochar Père et Fils, que apunta enormes luces a un precio más que razonable. Lo difícil es encontrarlo. Prometemos más catas de esta lúcida bodega.
Château Musar Hochar Père et Fils 2012.
Tipo: tinto seco.
Winemaker: Gaston y Marc Hochar.
Procedencia: Líbano > Valle de Bekaa > Aana.
Coupage: cinsault 45%, garnacha 25%, cabernet sauvignon 10%, cariñena 10%.
Elaboración: fermentación con levaduras autóctonas en cemento; 9 meses de crianza en roble de Nevers.
Web: Château Musar
Precio: 20-25 EUR
Proveedor: El Sumiller.
Maridajes: aquí deberíamos maridarlo con comida libanesa o similar, pero, además de ese perogrullo, encaja perfectamente con platos muy especiados, guisos de carne grasa, especialmente cordero; también será apropiado con platos a base de carne en general, legumbres, pastas y arroces a base de carne, patés de caza (jabalí, corzo, ciervo, perdiz), etc.
Puntuación media (1): 4.00 / 5.
Fecha de cata: enero 2017.
Vino de color picota oscuro intenso de capa media alta, con el ribete medio abierto y una lágrima fina, abundante, perezosa y muy bonita. En nariz resulta muy sorprendente, al menos desde este lado del Mediterráneo, destacando notas de especias desconocidas, de fruta roja y negra muy dulce (quizá por el singular aporte de la garnacha de esta añada 2012), como almibarada, como de golosina casera o de jarabe de frutas. Es fresco y complejo, con vaivenes ligeros de ahumados y minerales de enorme profundidad. Te deja con una sensación de lejanía, como de perseguirlo y no alcanzarlo. En boca es fresco, dulce, muy frutal (roja y negra de zarza), licoroso, con matices de sotomonte y de guindas. Tiene un buen volumen y un tanino noble y preheminente, pero suave y cariñoso a la vez, y explota en un final persistente de buena intensidad, con cuerpo, estructura y acidez, pero con ligereza suficiente que invita a volver. Destella un recuerdo lejano de regaliz dulce que se aprecia también en la retronasal, dulce y refrescante a la vez, muy particular y muy atractivo. Está muy bien para tomarlo ya, pero guardará bien 5 o 10 años. Nótese que los vinos de gama alta de Château Musar tienen una guarda de varias décadas, tan firme como la de los mejores vinos de Burdeos.
Sin duda, nos enfrentamos a un vino excelente que sorprende en todas sus facetas, al menos al compararlo con los vinos que uno suele conocer de Europa y del nuevo mundo. Nos faltaba volver al viejo mundo, el viejo de verdad, el de antes de Homero, miles de años más antiguo que los mitios egipcios de Isis y Osiris. Rumor de vino nos llega desde allí, y tantas otras cosas más de las que deberíamos aprender.
Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.
Sin duda, nos enfrentamos a un vino excelente que sorprende en todas sus facetas, al menos al compararlo con los vinos que uno suele conocer de Europa y del nuevo mundo. Nos faltaba volver al viejo mundo, el viejo de verdad, el de antes de Homero, miles de años más antiguo que los mitios egipcios de Isis y Osiris. Rumor de vino nos llega desde allí, y tantas otras cosas más de las que deberíamos aprender.
Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.
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