viernes, 29 de abril de 2016

¿Rioja?

15 abril 2016.



Los vinos de Rioja son más apreciados fuera de España que en nuestro propio país. Productores como Mercedes López de Heredia, Marcos Eguren, Miguel Ángel de Gregorio, Benjamín Romeo, Agustín Santolaya, Fernando Remírez de Ganuza, Juan Carlos López de la Calle, Julio Sáenz, y otros muchos que me dejo, son un referente internacional, y no son muy conocidos en España. Un Viña El Pisón 2004, elaborado en Laguardia, puede cotizarse a casi 1000 EUR, fruto de su fama fuera de nuestras fronteras, y ser un desconocido para casi todos los alaveses.


Sin embargo, Rioja disfruta de una dudosa reputación en España. En determinados segmentos de consumo, el vino de Rioja, junto tal vez con el de Ribera del Duero, es el único aceptado como valor seguro. En otros segmentos de mayor conocimiento cultural del vino, los Rioja pasan a un segundo plano, tildados de convencionalismo mal interpretado, de excesivo clasicismo y de ser más caros que otros vinos mejores de regiones menos conocidas. Y por último, en los segmentos más elitistas de consumo, los Roja vuelven por sus fueros a cabalgar en la vanguardia.


Es difícil explicar esta aparente contradicción. Quizá sucede que se embotella mucho vino con el sello de Rioja, y que por ese coladero igual pasa un Viña el Pisón como el de antes que un vino de marca blanca de un centro comercial. Eso nos lleva a una simple reflexión: quizá Rioja no signifique ya nada. De hecho, la estructura de las denominaciones de origen españolas y sus métodos de control no son buenos, al menos no para conseguir vinos singulares, originales, personales, de esos que le levantan a uno de la silla y que vale la pena coleccionar. No en vano, el grupo Artadi, al que pertenece el mencionado Viña El Pison, ya ha abandonado la DO, y es un camino por el que están apostando muchos bodegueros que no ven representada la calidad de sus vinos en los estándares de la DO, y para los cuales la etiqueta es poco menos que un lastre.


De todo ello nos queda una reputación controvertida, la misma que está empezando a sufrir Ribera del Duero, o incluso Rueda, que lleva muchos menos años en la cresta de la ola y ya demuestra síntomas de profunda enfermedad.


No obstante, en Rioja se sabe hacer vino, el viñedo es excelente, hay bodegas con mucha tradición y enólogos sabios. Lo que sucede es que hay también fábricas de vino, que nada aportan salvo cantidad. Es un agravio confundirlos: hay vinos en Rioja que hablan de tú a tú con los de Romanée-Conti, Petrus, Gaja, Screaming Eagle, etc., y hay otros que se codean con el agua de fregar. Vamos a probar algunos que mantienen el buen nombre de la región, de tres décadas distintas, y combinando modernidad y tradición. Veremos qué es Rioja después de tantos años.


Orden de cata:


1. Uvas Felices La Locomotora Tempranillo de 2014, DOC Rioja.
2. López de Heredia Viña Bosconia de 2004, DOC Rioja.
3. La Rioja Alta Gran Reserva 904 de 1997, DOC Rioja.


1. Uvas Felices La Locomotora Tempranillo de 2014.


Enólogo: Miguel Ángel de Gregorio.
Coupage: Tempranillo 100%.
Elaboración: Uvas despalilladas, maceración prefermentativa en frío a 5ºC durante 6 días, fermentación controlada a 28ºC durante 10 días con tres remontados diarios, maceración con los hollejos durante 16 días, descube por gravedad y prensado vertical, fermentación maloláctica en depósitos de acero inoxidable y crianza en barricas bordelesas de roble francés durante 4 meses.
Tiempo de guarda: >3 años.
Consumo: sin decantar, 14-16ºC, copa Riedel Vinum Tempranillo, maridaje con carnes grasas y embutidos.
Precio: 8-9 EUR.
Añada: de acuerdo con el consejo regulador, la añada de 2014 fue buena.
Puntuación (5): 3.


Uvas Felices no es una bodega productora de vino, sino una asociación de viticultores de gran prestigio que en regiones muy diversas participan en proyectos singulares cuyo punto en común es con la participación de Vila Viniteca. El que tenemos en la mesa es el proyecto La Locomotora de Miguel Ángel de Gregorio, en Briones. Miguel Ángel no es novato en el mundo del vino, su padre fue responsable de Marqués de Murrieta y él es el responsable de los magistrales vinos de Allende. En este nuevo proyecto de la locomotora pretende aunar tradición y vanguardia riojana con el firme propósito de conseguir vinos de larga guarda.


La Locomotora Tempranillo 2014, representa un punto de vista original y fresco, lleno de sabiduría y de modernidad, de uno de los mejores viticultores de Rioja, de España y posiblemente del mundo. Un vino para tomar a cualquier hora, versátil, goloso y amable, que no exige mucho ni pretende asombrar a nadie, pero que satisface.

Se nos presenta con una capa media alta de color cereza, con un ribete joven y buena lágrima. Predominan los aromas primarios con un fondo interesante del tueste de la madera. En boca es goloso, con una acidez bien equilibrada y repleto de fruta joven. Nos parece un buen exponente de la modernidad que sabe mantener las raíces y hacer vino noble por menos de 10 EUR.


2. López de Heredia Viña Bosconia de 2004.


Enólogo: Mercedes López de Heredia.
Procedencia: Haro > Finca El Bosque.
Coupage: Tempranillo 80%, Garnacho 15%, Mazuelo y Graciano 5%.
Elaboración: Vendimia a primeros de noviembre, envejecimiento en barrica elaborada manualmente en la tonelería de la propia bodega durante 5 años, sometido a 2 trasiegas por año, clarificado con claras de huevos frescos, embotellado sin filtrar.
Tiempo de guarda: >50 años.
Consumo: sin decantar, 18-20ºC, copa Riedel Vinum Tempranillo, maridaje muy versátil ( carnes y pescados a la brasa, embutidos, guisos de legumbres, carne de caza, salazones, pescados grasos, calderetas de marisco, gran variedad de quesos, postres de chocolate, frutas silvestres...)
Precio: 15-20 EUR.
Añada: de acuerdo con el consejo regulador, la añada de 2004 fue excelente.
Puntuación (5): 4.


López de Heredia no precisa muchos rodeos para elevarse a la cima del clasicismo y la historia de Rioja. Hablamos de una de las dos bodegas más antiguas de España, desde 1877, en Haro, en el famoso barrio de la estación, y probablemente la más clásica y emblemática del vino riojano. Las técnicas de elaboración de sus vinos no han evolucionado a penas con el tiempo, lo cual hace que sus vinos sigan siendo iguales que hace un siglo, sin novedades ni sorpresas, con todo lo que ello conlleva. En todo este tiempo, sus vinos han tenido el adjetivo de finos, y lo son por antonomasia. En las últimas décadas, sujetos a la modernidad trepidante del estallido del vino en España, los elegantes y clásicos López de Heredia han pasado a un segundo plano de protagonismo; sin embargo, en los últimos años, Robert Parker ha empezado a puntuarlos generosamente con notas alrededor de 95 puntos, ya era hora.


El Bosconia de 2004, el más joven que hay en el mercado, es una joya, concretamente un rubí intenso de ribete atejado, que muestra una evolución asombrosa. Tiene una nariz pertinaz, complejísima, rica en fruta, y una boca redonda y opulenta, pero sedosa y elegante como solo aquí saben hacer, con un final largo y perseverante. No es fácil probar vinos mejores a menos precio, pero desde luego no los hay más longevos, con ese monstruoso potencial de guarda tan enriquecedor.


3. La Roja Alta Gran Reserva 904 de 1997.


Enólogo: Julio Sáenz.
Procedencia: Briñas, Labastida, Villalba, Briones, Rodezno.
Coupage: Tempranillo 90%, Graciano 10%.
Elaboración: 12 días de fermentación alcohólica y 35 días de fermentación maloláctica en acero inoxidable, crianza en barrica de roble francés nuevo durante 4 años, con dos trasiegos al año, filtrado suave.
Tiempo de guarda: >70 años. Todavía se
Consumo: sin decantar, 18-20ºC, copa Riedel Vinum Tempranillo, maridaje muy versátil, pero mejor sin maridar.
Precio: 35-40 eur.
Añada: de acuerdo con el consejo regulador, la añada de 1997 fue buena.
Puntuación (5): 4.4.


La Rioja Alta es una bodega centenaria que tampoco necesita justificación. Llevan más de un siglo haciendo vino clásico, vino de guarda y colección, vino de ese que tan buena fama le ha dado a Rioja. Próximos al estilo de López de Heredia, ubicadas una y otra bodega frente a frente en el mismo barrio de Haro, los vinos de La Rioja Alta siempre han gozado de enorme prestigio entre los clásicos, y siempre han tenido detractores entre los más modernos. Ofrece una amplia gama de 5 vinos con diferentes niveles de crianza y de mimo en la selección de las uvas, y en consonancia también diferente ajuste a niveles adquisitivos diversos, desde 12 eur hasta 80, aunque con el paso del tiempo las mejores reservas llegan a costar varios centenares.


La Gran Reserva 904 debe su nombre al primer año en que se elaboró esta reserva, 1904. Se trata de un vino emblemático, para olvidar en una cueva y recogerlo los nietos, un botón de por qué Rioja ha alcanzado su prestigio. Solo se elabora cuando la cosecha lo permite. 

Muestra un limpio color rojo típico de la bodega, con capa media, ribete atejado hacia beige y amarillo claro, con buen brillo y lágrima densa. En nariz es espectacular, completo, dulce, complejo y penetrante, de larga profundidad y rico en matices terciarios. En boca destaca la marca de la casa, estructurado, goloso, sedoso, de asombrosa acidez y de final larguísimo. Muy bien equilibrado y plenamente satisfactorio.

En una cosecha de dudosa calidad, el vino ha evolucionado hasta convertirse en una pieza extraordinaria. Es en estos casos, cuando el clima no ayuda mucho, es donde las grandes bodegas demuestran por qué lo son. Un buen ejemplo de qué es Rioja, por qué lo ha sido y qué puede llegar a ser, sin dar rodeos.

Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.

jueves, 28 de abril de 2016

Movia Lunar Chardonnay 2008

7 abril 2016.

Movia es una bodega familiar con origen en 1700, situada entre dos tierras, una en la ZGP Brda, en Primorska, Eslovenia, y otra en la DOC Collio, en Fiuli-Venezia Giulia, Italia. Desde 1820 es propiedad de la familia Kristančič, y hoy en día Aleš Kristančič es el conductor.

La bodega pertenece a la organización La Renaissance des Apellations, formada por un buen puñado de viticultores de todo el mundo cuyo objetivo es simple: hacer vinos de terruño y con carácter, i. e., viñedos propios, prácticas ecológicas y biodinámicas, levaduras autóctonas, no modificación genética del viñedo, conservación del entorno, respeto al paisaje... Vamos, lo que deberían hacer todas.

Sin duda el vino que traemos esta vez a la mesa es un buen ejemplo de terruño y carácter: Lunar Chardonnay 2008. Cuando uno piensa en hacer un vino blanco de chardonnay de gran calidad, suele fijar inevitablemente el punto de mira en Borgoña. Sin embargo, con un par de agallas y más atrevimiento que Alonso el Bueno, al amparo de la luna llena, Aleš Kristančič nos ofrece este vino diferente a lo que uno espera de un gran chardonnay de guarda. Su rareza y su enorme calidad merecen una reseña, y para eso estamos.

La botella fue provista por Vila Viniteca.

Movia Lunar Chardonnay 2008.

Procedencia: Eslovenia > Primorska > ZGP Brda.
Coupage: chardonnay de cepas de 29 años de edad.
Elaboración: biodinámica; vendimia y despalillado manual, 9 meses de barrica en roble francés, embotellado sin filtrar durante la luna llena.
Precio: 25-35 EUR.
Puntuación media (2): 4,5.

A la vista asusta: de capa media alta y aspecto nuboso, amarillo lechoso, que recuerda por un lado al zumo de manzana roja y por otro a una sidra asturiana natural recién escanciada. No presenta burbuja, es simplemente rarísimo. (La botella presenta un poso arenoso al final que convendría decantar).

A la nariz es complejo, intenso y perfumado, abrumador, con recuerdo a sidra natural, a manzana fuji sin madurar, con un recuerdo de miel de flores blancas sobre un fondo de aromas terciarios sutil y enigmático. Pide silla y discusión.

En boca resulta franco, lo cual en este caso no ayuda mucho: es complejo y difícil. Ataca sedoso, envuelve con un volumen cálido, desarrolla una enorme longitud y tiene un final eterno. Tiene un poco de todo, y de algo más, envuelto en una deslumbrante acidez, como de pomelos maduros, marcada sobre todo en un final electrizante. Hay algo de monte, herbáceo, pero también balsámico y especiado. Para ser un vino tan viejo, es asombroso el repertorio de verdosidad y acidez que enseña, lo cual nos hace pensar que este vino estará mejor dentro de 10 o 20 años. Algunas notas recuerdan a los riesling viejos alemanes, algo de su acidez, de su reducción, de sus matices empireneumáticos... 

En suma, es un vino acongojante, incomparable, imprescindible. 

Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.

martes, 26 de abril de 2016

Viña al lado de la casa

Marzo 2016.



Nos refugiamos esta vez en Yecla, para catar una selección de vinos de la familia Castaño más que interesantes, fruto de un proyecto conjunto con Vila Viniteca. Según nos explican, el nombre viene de esa viña que no tenía nombre, que estaba al lado de la casa, y que producía una monastrell como para quitarse el sombrero. Así surgió Viña al lado de la casa en 1998. Después, en añadas excelentes, han decidido embotellar por separado las materias primas del coupage con el nombre de Detrás de la casa. Tenemos la suerte de probar, en primicia para los socios del club Vila Viniteca, algunos de estos vinos que todavía no están en el mercado, con una imagen comercial totalmente renovada, y acertada para nuestro gusto.

El lote fue provisto por Vila Viniteca, como no puede ser de otra manera.

Orden de cata:
1. Viña al lado de la casa 2012.
2. Detrás de la casa Merlot 2013.
3. Detrás de la casa Monastrell 2013.
4. Detrás de la casa Syrah 2012.
5. Detrás de la casa Garnacha Tintorera 2012.
6. Viña al lado de la casa 2011.

1. Viña al lado de la casa 2012.
Coupage: monastrell 74%, syrah 16%, garnacha tintorera 10%, de viñedos de entre 18 y 40 años.
Crianza: 13 meses en barrica de roble francés.
5569 botellas.
Precio: 14-16 EUR.
Puntuación media (7): 3,36.
Capa media alta, cereza picota no muy brillante, con ribete claro ligeramente atejado y lágrima densa y abundante, vivo, bonito. Al principio muestra una nariz tímida y sutil, huidiza, pero cálida, con pieles de animales, fruta roja y negra confitada, mermelada de ciruelas y un recuerdo de especias y monte bajo, y todo ello con finura y clase. Se abre con rapidez, y se torna más fresco, más extrovertido, más generoso, evolucionando en riqueza de notas, dentro de las mismas gamas, y desapareciendo los animales. En boca es fresco y amable desde el ataque, de trago fácil, envolvente, con buen volumen, franco, mineral y especiado, con un fondo largo de fruta roja y negra muy madura, que acaba en pimienta punzante, en raíz de regaliz, en caramelo rojo de fundir y en chocolate negro sin azúcar. Tiene buena estructura y acidez, pero todavía destaca su tanicidad en la última parte del recorrido. Cuando salga al mercado estará mucho mejor, y podemos augurarle una larga guarda, no menos de 2030, asegura Vila Viniteca. Un vino inteligente.


2. Detrás de la casa Merlot 2013. 
Crianza: 14 meses en barrica de roble francés.
1165 botellas.
Precio: 14-16 EUR.
Puntuación media (3): 3,33.
De capa media alta, color picota brillante, oscuro. A la nariz se muestra cálido y expresivo, animal, con fruta madura y dulzona, llegando a las mermeladas de frutas negras y a las mieles oscuras, con recuerdos de especias y glicerina. Al experto le recordaba a las Haribo Berries de color morado. En boca resulta también dulce, pero más fresco, con fruta madura y mucho volumen, amplio, envolvente, corpulento, algo licoroso, con recuerdos de tabaco de mascar y tinta china y un final picante. No obstante, en boca es más ligero y menos expresivo que en nariz, con un tanino duro y falto de botella. El vino promete, pero aún no lo da todo.


3. Detrás de la casa Monastrell 2013. 
Crianza: 12 meses en barrica nueva de roble francés.
2940 botellas.
Precio: 14-16 EUR.
Puntuación media (3): 2,8.
De capa media alta, color picota hacia ciruela, juvenil, de lágrima abundante y densa que mancha la copa. Con timidez, pero también con finura y elegancia, en nariz muestra notas complejas de fruta negra y roja, menos de las que se le esperaban, también cuero y un recuerdo de monte fresco y húmedo. En boca ataca fresco, elegante, y despliega una buena acidez, un tanino agradable, pero pendiente de pulir, un fondo frutal complejo y especiado con un final amargoso largo y persistente. Parece que está para beber ya, sin embargo no termina de despegar; quizá un poco de botella sea lo que pide. 


4. Detrás de la casa Syrah 2012. 
Crianza: 13 meses en barrica nueva de roble francés.
2344 botellas.
Precio: 14-16 EUR.
Puntuación media (5): 3,4.
De capa alta, color picota oscuro, con ribete claro de tonos púrpura y abundante lágrima. En nariz, después de una breve oxigenación, es expresivo y rico, fino, con un buen equilibrio entre frutas y maderas, y un recuerdo de tierras caramelo de café y notas de churrería que van y vienen. En boca es poderoso, más agresivo que en nariz, todavía en desarrollo, aunque puede disfrutarse ya; su tanino es potente, pero bien integrado. Se muestra goloso y sabroso, con mucha fruta negra madura, guindas en licor, un final especiado y amargoso, y una retronasal de cerezas. Tiene complejidad, acidez y buena estructura como para llegar más lejos. Resulta interesante observar las posibilidades de una syrah en tan meridionales latitudes.


5. Detrás de la casa Garnacha Tintorera 2012. 
Crianza: 13 meses en barrica nueva de roble francés.
1294 botellas.
Precio: 14-16 EUR.
Puntuación media (4): 3,25.
De color cereza, granate, con destellos de rubí, vivo, de capa media alta, ribete acuoso y lágrima abundante y densa. En nariz predomina la gama frutal con bayas y cerezas maduras, con un recuerdo mineral térreo y con notas especiadas, de pimienta negra, y un ligero recuerdo de violetas. En boca ataca fresco, vivo, punzante, pero de paso amable, goloso, con un tanino bien integrado pese a su juventud, aunque demasiado largo y predominante todavía, al que le acompaña la fruta roja, esta vez no tan madura, con un fondo de especias sugerente y atractivo, y un recuerdo mineral y salino, como de tierra, muy persistente. Tiene buena acidez y mejorará en unos años.


6. Viña al lado de la casa 2011.
Coupage: monastrell 68%, cabernet sauvignon 18%, syrah 9%, garnacha tintorera 5%, de viñedos de entre 18 y 40 años.
Crianza: 12 meses en barrica nueva de roble francés.
4573 botellas.
Precio: 14-16 EUR.
Puntuación media (7): 3.29.
Su aspecto es muy semejante al de 2012, capa media alta, cereza picota, con ribete granate claro, brillante, ligeramente atejado y lágrima densa y abundante. En nariz es generoso y expresivo, con predominio de aromas propios de la crianza en madera, unos tostados sobresalientes, madera ahumada, torrefactos..., todo con sutileza y elegancia sobre un fondo de fruta negra compotada. En boca ataca fresco y amable, fugaz, con un volumen justo, pero desperezándose poco a poco longitudinalmente, con redondez. Es muy complejo en matices, con un principio de fruta, de manzana roja madura, de mermelada de frutas del bosque, de picota sobremadura, sobre un fondo de especias, de laurel, nebrina y pimienta, y un final muy largo, amargoso, que recuerda a la raíz de regaliz, y ligeramente picante. En comparación con el de 2012, demuestra mucha mayor madurez, una maravillosa evolución equilibrando la fruta madura con las notas de crianza, donde empiezan a destacar aromas y matices terciarios muy sugerentes. Con su estupenda acidez, dará grandes satisfacciones en el futuro próximo, aunque creo que unos diez o quince años más le sentarían todavía mejor.


Conclusiones.
La apuesta de Castaño y Vila Viniteca por desarrollar una monastrell en Yecla con personalidad es gratamente satisfactoria. Tanto los monovarietales como el vino ensamblado derrochan calidad, originalidad, elegancia, finura y potencial de guarda, las características que mejor definen a los grandes vinos. Sería muy instructivo probar estas añadas dentro de una década. Pese al equilibrio en toda la gama, nos resulta curiosa la baja puntuación que obtiene precisamente el monovarietal más característico de la región; quizá en parte pueda explicar por qué existe el coupage; pero en cualquier caso no nos atrevemos a censurarlo con tan pocos motivos de juicio. 


Aplaudimos el trabajo de Castaño y Vila Viniteca, un referente en Yecla.


Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.

miércoles, 13 de abril de 2016

Gaja Gaia & Rey 2000

5 abril 2016.


Al pie de semejante fotografía hay que detenerse y guardar un breve silencio. Estamos, seguramente, delante del mejor chardonnay de Italia, y probablemente, del mejor blanco que elaboran en ese país. 

En 1859, la familia Gaja empezó a vender vino tinto tabernero en Barbaresco, y a partir de 1937 a etiquetarlo. Después de la segunda guerra mundial, Clotilde Rey compró un viñedos en Langhe. 

Angelo Gaja entró en la bodega familiar en 1961 a los 21 años de edad, y pronto revolucionó la viticultura piamontesa, y, probablemente, la de todo el mundo. En dos décadas sus vinos eran los mejores de Italia, y los Barbaresco y Barolo adquirían fama equiparable a los mejores vinos franceses. Sus vinos tintos no necesitan mayor presentación, sin embargo, su blanco Gaia & Rey requiere una pequeña reflexión, un alto en el camino, pide atención, y nosotros se la damos en exclusiva. 

Hablamos de un Chardonnay monovarietal, elaborado en Langhe, en un pequeño viñedo de menos de 4 Ha, hecho para guardar, para competir con los grandes Borgoñas y con lo que se ponga por delante. El nombre se debe a la abuela de Angelo, Clotilde Rey, que compró el viñedo, y a su hija Gaia.

La pieza, escurridiza hoy, es cortesía del restaurante Zaldiarán, en Vitoria-Gasteiz. Veamos. 


1. Gaja Gaia & Rey 2000.

Origen: Langhe, Barbaresco, Piamonte, Italia.
Coupage: chardonnay 100%.
Precio: 200-250 EUR. Añada muy difícil de conseguir a estas alturas; las más jóvenes pueden conseguirse por un precio de entre 100 y 200 EUR, dependiendo de la añada y el proveedor.
Viñedo: 3,6 Ha plantadas en 1979, cerca de Treiso, a más de 400 msnm, en suelos de marga, ricos en calcio y pobres en potasio y nitrógeno, que controlan la vivacidad de las cepas y reducen la producción a rendimientos muy bajos.
Elaboración: fermentación en acero inoxidable a 18ºC, 5 meses de reposo en lías, 8 meses de permanencia en barricas de roble nuevas, donde realiza la fermentación maloláctica, y 5 meses más de afinamiento en acero a 10ºC. 
Puntuación (2): 4,75

A estas alturas, el vino se presenta como el oro, brillante y hermoso, con una lágrima densa, vacilante, indeleble. Después de desperezarse unos minutos, como un dragón que despierta de diez años de letargo, muestra una nariz casi imposible, complejísima, con notas de frutas blancas muy maduras y caramelos de miel sobre un fondo redondo y completo con abundantes notas terciarias, de flores blancas dulces, de almizcle, de parafinas y alcoholes, de frutos secos muy grasos, de bálsamo y madera fina, de panal de abejas... En boca ataca fresco y amable, con elegancia pero pronto desata una autoridad sutil, pero incontestable: redondo y cristalino, voluminoso, pleno, de una longitud inacabable y postgusto larguísimo, extraordinariamente complejo y de una acidez exquisita. Trabaja en todas direcciones con una elevada concentración, con franqueza, pero también con algo de sugerente sorpresa en caminos inescrutables que uno no sabría clasificar. 

Ha envejecido bien, si es que ha envejecido, y todavía le queda mucha guerra que librar.

Un vino casi perfecto, que solamente el clima sabría mejorar.

Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.