lunes, 5 de diciembre de 2016

Riscal 1979

Hacemos un sereno amarre en el puerto de Herederos del Marqués de Riscal. Merece la pena. No para hacer un apunte siquiera de la centenaria bodega, pero al menos sí para degustar y dar una nota de su reserva, el vino emblemático de la casa, para aquellos navegantes curiosos que gustan del disfrute de lo poco corriente. Y decimos poco corriente donde cabría decir común, porque el reserva de Riscal es un vino abundante, fácil de conseguir, relativamente económico y de amable paladar, sin estridencias y sin esnobismos desentonados: un vino de los de siempre, un clásico riojano, que ya en el s. XIX era un grande (que se dice pronto) y que todavía hoy se puede disfrutar sin arañarse el paladar. No es poco, pues pocas son las históricas bodegas riojanas que a fuerza de fama no han perdido el norte y han cambiado el buen hacer por el dinero, y, ya puestos, el éxito por el fracaso. Daremos una humilde opinión de este histórico y magnífico 1979, del que aún se puede conseguir alguna botella, afortunadamente.


Marqués de Riscal Reserva 1979
Procedencia: España > DOCa Rioja > Elciego.
Coupage: tempranillo 95%, graciano, mazuelo, viura y otras blancas en muy pequeña proporción.
Elaboración: elaborado a partir de vendimia de pequeños productores de la zona; fermentación en inox y 36 meses de crianza en roble americano.
Proveedor: Vinovintage Santander.
Precio: 50 EUR.
Web: Marqués de Riscal
Puntuación media (2): 4.75.
Fecha de cata: diciembre 2016.

El 1979 empieza amenazante, quejoso, con un corcho blando, difícil, peleón, que a duras penas se deja abrir en dos partes, muy empapado y quebradizo; suerte que Riscal utilizaba corchos de primer nivel. En la copa se descubre el vino tinto de color marrón atejado acostumbrado, de capa media baja, de menisco muy abierto, y lágrima enorme y muy hermosa, con una buena intensidad cromática y un leve poso pulverulento que no ensucia su vistosidad. En nariz, al principio, se marca claramente la aceituna negra a primer golpe, con un deje de cuero, muy complejo y profundo. Guarda un punto de acidez armonizador y tiene todos los matices muy bien equilibrados. Reconocemos que cuesta de catar, de desenmarañar en finitos aromas. Con la aireación se pierde algo de aceituna y vienen más expresivas las maderas finas, las especias, algo de nuez moscada, los frutos secos con piel, muy sutiles, un punto dulzón, almizclado, como de turrón de guirlache, pero difuso y volátil. En boca es franco, y muy elegante, fino y femenino, por encima de otra consideración. Tiene un ataque delicadísimo y fresco, un volumen muy agradable, redondeado, con un tanino vigoroso pero con clase, y un final largo, longitudinal y persistente, de gran intensidad y complejidad. Desprende recuerdos de maderas finas y barricas húmedas, en la retronasal, con un punto metálico y una acidez envidiable.

Un conjunto armónico y elegante, equilibrado, como una hermosa dama de 37 años, que ha dejado atrás el ímpetu y fogosidad de la juventud para abrazar la complejidad de la sofisticación y la amabilidad del dulce y tranquilo amor. Se dejará querer durante mucho más tiempo. Un vino ejemplar.

Criterio de puntuación:
5: Excepcional, complejo, único, emblemático.
4: Excelente, genuino, satisfactorio, ejemplar.
3: Bueno, recomendable, equilibrado, destacable.
2: Correcto, común.
1: Insuficiente, no recomendable.
Entre paréntesis el número de puntuaciones.

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